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jueves, 14 de octubre de 2021

miércoles, 13 de octubre de 2021

Matar un sentimiento

 Matar un sentimiento no es fácil. Ese sentimiento puede ser cualquier cosa en nuestra vida y en mi caso, les dejaré especular. El asunto es que los sentimientos no son como la razón, simplemente vienen y no te lo esperas; puede ser bonito o un auténtico infierno.

A veces ciertos sentimientos son cosas que no son reales, nunca lo fueron y solo fue una fantasía. Una fantasía inmadura. Mientras lo tienes piensas que todo está bien, pero la verdad sale a la luz poco a poco y va quitando la máscara, revelando la cruda pero NECESARIA realidad. Aceptar la realidad en sí misma no es fácil, pero a diferencia de los sentimientos; la realidad está definida.

Pasa el tiempo y ese sentimiento que te hacía feliz ahora te produce todo lo contrario, será pura tristeza por un rato y luego miseria. Piensas que todo lo que te causaba confort ahora está en tu contra y no tienes ayuda. Empiezas a ver que te está haciendo DAÑO.

Apenas te das cuenta, es importante parar eso. Ese sentimiento no te está aportando nada y lo único que debes hacer es eliminarlo cual cucaracha se tratase. Como dije al inicio; no es fácil. Eliminar un sentimiento es como eliminar una parte de ti y naturalmente estarás en negación y pensarás que mágicamente el destino estará a favor tuyo, pero eso solo está en tu cabeza y no pasará.

Cuando decides arrancar ese virus de tu vida, queda simplemente reflexionar y sacar algo de eso. La recuperación puede ser paulatina o instantánea dependiendo de la situación y nuestro estado. No es necesario tener que alejarte de lo que haya causado ese sentimiento, ya que eso no fue el problema, en realidad el problema fuiste tú. Puede sonar duro y muchas cosas pasarán por tu cabeza en esa etapa... pero solo algo es seguro.

Ese sentimiento está mejor muerto. Enterrado. Para la eternidad.